domingo, 12 de junio de 2011

ODA A LA ESCOBILLA DEL RETRETE


Ahí está, ¿la ves? No, claro,
siempre tímida, escondida
como si de algo inútil se tratara.
Pero no es así, ¿verdad?
pequeño palo con cerdas.
Oh, Tizona del caballero de Roca,
acerba labor la tuya,
y así, sin más recompensa,
arduas tareas inmundas.
En el crepitar de tus quehaceres,
escuchanse llantos de agonía,
arrastrados por los vientos,
olores y de más poesía.
Más yo se que no son tuyos,
resignada amiga mía,
que en el crepitar de tus quehaceres,
manas cantos y alegría,
en vez del llanto y la agonía,
que merecen, vida mía,
a ti dedícote estos versos,
oh, mi amiga, mi escobilla.
 
 
 
 

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